En el bolsillo, una moneda para la entrada de “quinientas pelas”, y un descuento que me había dado un relaciones del cole, esa mañana en el patio. Recuerdo que la competencia entre este colectivo era tan feroz, que a veces en lugar de uno, acababas con cuatro o cinco y prometiéndoles a todos que ibas a usar el suyo…
La cola para entrar avanzaba, y los chavales con más cara de niño sacaban sus d.n.i. para demostrar que ya tenían los catorce. Una vez superado ese trámite, bajábamos las escaleras y nos dirigíamos a la pista. 18:30 y todo un ambientazo digno de la madrugada ibicenca, soportado por un dj que soltaba los hits de la época.
Me vienen a la mente algunos singles de Gala, como Free From Desire, o Pray de Tina Cousins. Si sonaba alguno de ellos, te acababas de un trago el refresco (incluído con la entrada), y empezabas con tus primeros pinitos en el mundo del baile discotequero.
Copiado y Adaptado de Noctamina
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